El desierto y el invierno, son espejo y metáfora de lo vivido interiormente, en ellos a primera vista no hay nada, sólo aridez, muerte, vacío, frío… Pero eso sólo es una apariencia, pues en el desierto hay vida, y en el invierno la vida se está regenerando y cobrando fuerzas para resurgir, renovada, cuando sea su momento. . . . . óleo sobre tela 50x40cm colección Entre Pasos